TIHOM Blanco 2020

Los viñedos se encuentran en las laderas de los montes Obarenes y de la Sierra de Cantabria. Constituyen los viñedos en el límite con la zona boscosa, la zona más alta cultivada de estos montes. Los Obarenes con orientación Sur-Este y la Sierra de Cantabria mirando al sur.

A pesar de ser cadenas montañosas orográficamente diferentes comparten un mismo origen y por tanto su roca madre es similar; ambas son areniscas, más o menos resquebrajadas, dispuestas en forma de “sandwich” con horizontes intermedios de tierras de textura principalmente arenosa. Esta estructura garantiza un mínimo de nutrientes y agua, siempre sin excesos, que ayudan a resistir las épocas de sequía.

No se le da una importancia especial a la edad del viñedo. Se prioriza el desarrollo de las raíces en el perfil edafológico, con un buen reparto en la exploración del suelo y en la profundidad alcanzada. Esto es importante, aunque, en igualdad de condiciones, el viñedo antiguo siempre aporta valor.

Climatología

No fue un año climatológicamente típico; con lluvias superiores en más de un 20% y temperaturas similares al año precedente podemos intuir que el estrés hídrico fue más limitado, clave en los tintos. De ahí que la cosecha “solo” se clasificase por el consejo regulador como “muy buena”, demostrando, una vez, más la inexactitud de esta clasificación de  cosechas. No solo porque recoge la clasificación de más de 100 km, con una gran diversidad orográfica, sino porque, no atiende a las peculiaridades de los vinos blancos.

Fue clave, en esta cosecha, el reparto de las lluvias durante el año agrícola, con 100 litros en noviembre y los muy peligrosos y significativos 70 litros de Junio, en plena floración. El resto de los meses la precipitación fue ligeramente superior a la habitual y bien repartida, con la consiguiente limitación de stress hídrico, algo que quizás pueda entorpecer la maduración de los tintos pero, en los blancos, hace vinos mucho más finos con una gran acidez.